- Además de ser lo todo, no necesito nada más.
La noche más larga de mi vida. Y frente a frente, mientras tomas mis manos, sentí la sensación de conocerte desde siempre, sentí que ya me eras familiar, que algo en ti me había sobrepasado, que algo de ti ya estaba dentro mio. Tus manos eran las más frías que jamás había tocado y eso me estremecía y a la ves, me fascinaba. Nos detuvimos. Y arrastraste lentamente mis manos hacia las tuyas, ahora a tu pecho, ahora a tu boca, y un beso suave susurrabas. Y mi pregunta ingenua, y tu mirada perdida.
- En donde habías estado todo este tiempo? (Pensé en voz alta, ups. Pero tu no entendiste) Aquí, aquí estuve siempre, contestaste. Quizás sin saber contestaste lo obvio. Habías estado ahí, siempre. Y yo jamás te había visto, ni siquiera sabia tu nombre, por amor de dios, como pudo pasar. No entendía lo que sentía pero era algo demaciado fuerte. Entonces sucedió. La espera había terminado y yo estaba lista, al fin estaba lista. Él había llegado. Él iba salvarme.
La noche más larga de mi vida. Y frente a frente, mientras tomas mis manos, sentí la sensación de conocerte desde siempre, sentí que ya me eras familiar, que algo en ti me había sobrepasado, que algo de ti ya estaba dentro mio. Tus manos eran las más frías que jamás había tocado y eso me estremecía y a la ves, me fascinaba. Nos detuvimos. Y arrastraste lentamente mis manos hacia las tuyas, ahora a tu pecho, ahora a tu boca, y un beso suave susurrabas. Y mi pregunta ingenua, y tu mirada perdida.
- En donde habías estado todo este tiempo? (Pensé en voz alta, ups. Pero tu no entendiste) Aquí, aquí estuve siempre, contestaste. Quizás sin saber contestaste lo obvio. Habías estado ahí, siempre. Y yo jamás te había visto, ni siquiera sabia tu nombre, por amor de dios, como pudo pasar. No entendía lo que sentía pero era algo demaciado fuerte. Entonces sucedió. La espera había terminado y yo estaba lista, al fin estaba lista. Él había llegado. Él iba salvarme.
Y ahora bien, recuerdo y rió, rió porqué dijiste lo que había olvidado. Ese momento que había guardado para nunca olvidarlo, no recordaba porqué. Pero lo dijiste. En el sillón marrón, otra ves, frente a frente, vi esa mirada que no recordaba, esas manos frías que no necesitaba, esos besos que ahora eran lágrimas saladas cayendo sobre mis manos. ¿porqué ahora? ¿porqué tú?.. y lo entendí. Tú no ibas a salvarme nunca. Jamás ibas a salvarme de mi misma. Me equivoque contigo. Porque esperaba, siempre esperaba que lo hicieras. Estabamos echos tanto a la medida. Me abrazaste y me sentí aliviada, dolor y alivio a la ves, amor y odio a la ves, necesidad, por dios, esta necesidad. Así que quedate, así que solo conmigo, como antes y como ahora. Sin hablar, sin escuchar sin necesitar y sin salvarnos, por favor, solo quedate y dejame quedarme aunque me duela. Que yo jamás podre salvarme de tu amor.