Que bueno que me des un espacio para sufrirlo
Y darte a ti aunque sea esa prorroga
Un insulto obsoleto que no calme las angustias
Ni las consuele en un beso
Ni las sume a la cuenta
O las esfume en un mal.
Que bueno que en fondo no haya forma de fingirlo
Ni tantas maneras de odio, ni tantas de indiferencia.
Ni tanto amor que nos haga inmortales
Ni odio que nos haga morir.